En pleno siglo XXI existe una compañía ferroviaria estatal que se lava las manos en caso de retraso. Mientras que Renfe devuelve el 50% del importe del billete si un tren se retrasa media hora y el 100% si el retraso supera la hora y media, en FEVE las demoras se sufren pero no hay resarcimientos ni contraprestaciones. Alguien debería hacer algo al respecto.
Por si fuera poco, en FEVE ni siquiera podemos reservar o garantizar un asiento para viajes que superan las seis horas en recorridos plagados de curvas y con numerosas paradas. Pueden fallar la calefacción y el aire acondicionado sin que el viajero reciba una compensación. No es infrecuente viajar de pie durante cientos de kilómetros mientras nos cruzamos con el lujoso Transcantábrico. Alguien debería tomar cartas en el asunto.
Históricamente FEVE ha tratado bastante mal al viajero, con situaciones vergonzosas que miles de viajeros pueden atestiguar. La empresa estatal lleva bastante bien las cercanías de ciudades como Oviedo o Santander, pero en cuanto a trenes regionales, el servicio deja bastante que desear. Los trenes son cómodos pero los horarios no. La útima vez que utilicé uno de sus trenes acumulamos media hora de retraso en un viaje de 50 kilómetros. Los tiempos de recorrido de estos trenes son peores que en 1986, lo que ya es penoso. Alguien tendría que hacer algo de una vez.
Naturalmente, esta vez no hay ni foto ni logotipo por si acaso se mosquean. Lo malo es que para redactar esto no hace falta más que decir la verdad.
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