Este post pretende denunciar la actitud antiecológica de muchos ayuntamientos españoles que impiden la circulación de bicicletas por sendas peatonales de abundante ancho.
Por lo visto a ciertos jubilados les molesta que se utilicen algunas rutas para circular en bicicleta, aún cuando es perfectamente compatible la convivencia de peatones y ciclistas.
La senda que une Cangas de Onís y Arriondas, de 7 km de longitud está vedada a las bicicletas y los que deséen utilizar este medio de transporte tan ecológico se ven obligados a circular por el arcén de la carretera, inexistente en algunos puntos. Esa limitación no ayuda nada y en Europa algo así es impensable. Lo penoso es que en un principio la ruta era accesible a las bicis y se prohibió su uso tras un accidente mortal que supuestamente provocaron unos caballos desbocados que hicieron que una mujer se tirara por un puente.
Abundan por ahí las rutas vedadas al cicloturismo y eso no es un buen principio. Hay que tener en cuenta que los peatones paseantes no ven con buenos ojos el tránsito de bicicletas.
La única manera de que se use más la bicicleta para ir a trabajar o a disfrutar es facilitar su uso con carriles preferentes y sin contacto con el resto del tráfico. A ciclistas y peatones les corresponde convivir pacíficamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario