En Europa existen todo tipo de compañías ferroviarias y de servicios de viajeros. En Suiza hay unos trenes sensacionales pero los precios son muy elevados. En Alemania son muy rápidos pero las tarifas son abusivas. En Italia hay trenes muy asequibles pero el servicio regional puede ser lamentable en ciertas líneas. Y en Bélgica el tren lo tiene todo, ya que es muy frecuente, con muchas plazas, sorprendentemente barato y además muy cómodo.
Estuve allí antes de la entrada del euro y en aquella época había pases para varios días que ahora ya no venden. La compañía ferroviaria estatal opera un servicio fabuloso que abarca todo el país con una fluidez espectacular. Lo mejor es que hay tarifas para todos los gustos.
Podemos ver un mapa de la red ferroviaria belga en este enlace.
Lo mejor de todo para el viajero es que siempre hay una tarifa interesante. Los viernes a partir de las 7 de la tarde se puede comprar el billete week-end, que concede una reducción del 50% en viajes de ida y vuelta. Ideal para ir y volver en el día desde Bruselas a Brujas, por ejemplo.
El GoPass, para menores de 26 años, concede 10 viajes simples entre dos estaciones a elegir por un total de 46 euros, todo un chollazo que permite 5 viajes de ida y vuelta para conocer el país desde Bruselas, por ejemplo yendo desde la capital a Amberes a pasar la mañana, seguir hacia Brujas a ver la ciudad por la tarde y regresar a Bruselas a la noche. O bien se puede ir a Dinan, que es un sitio muy chulo, o a Knokke, en la costa, o a la ciudad de Oostende. Los mayores de 26 años pueden disfrutar del mismo servicio con el nombre de Railpass al precio de 71 euros. Los precios siguen siendo muy competitivos.
Los trenes del servicio interior son larguísimos y no hace falta reservar, pues tienen muchas plazas disponibles. Las velocidades no son elevadas pero la vía está en un estado óptimo y la calidad del servicio brilla a gran altura en este país tan llano.
Para rematar la faena, la SNCB tiene una oferta variadísima de excursiones que incluyen el transporte en tren y la entrada a diversos museos y atracciones.
Mucho cuidado con los nombres de los lugares que queramos visitar porque a veces la denominación en español, francés y flamenco de las poblaciones puede ser muy diferente, como por ejemplo Amberes, que en francés es Anvers y en flamenco Antwerpen. En la zona flamenca se evita meticulosamente el uso del francés, lo cual a mi me joroba bastante; prefieren hablar en inglés. Ojo porque donde se habla flamenco las indicaciones de los trenes se dan únicamente en esa lengua y la cosa tiene guasa cuando el tren sale de un aeropuerto internacional pero los avisos aparecen únicamente en una lengua minoritaria, sin respetar a los visitantes de otros países.
Bélgica cuenta con un servicio ferroviario óptimo para el turista y mi recomendación es utilizar sus trenes para descubrir el país, pues ahorran tiempo y dinero. Y eso que las autopistas son gratis e iluminadas, pero hay mucho tráfico, como en todos lados.
La web la podemos ver en http://www.b-rail.be/main/F/