UN MUSEO FERROVIARIO CON TRENES QUE SÍ SE MUEVEN

Odio los museos ferroviarios donde se expone material condenado a la exhibición pero sin posibilidades de ser utilizado para lo que fue pensado; me parecen cementerios de trenes.

El museo vasco del ferrocarril en Azpeitia cuenta con cinco kilómetros de línea operativa perteneciente al antiguo tren del Urola, que unía Zumaya con Zumárraga, es decir, la costa con el interior y también la vía estrecha con la ancha sin pasar por Donostia. Ese ferrocarril fue cerrado de forma traicionera cuando teóricamente se trataba de reconstruir la línea. La compensación para la zona fue el museo del que hablamos ahora y que en su momento no pude visitar sencillamente porque aparcar un coche en Azpeitia no es nada sencillo para un turista cuando ni siquiera los habitantes de la villa tienen sitio para ellos.

Por lo visto existen esperanzas de reapertura, al menos entre Zumaya y Azpeitia, con el argumento del transporte de mercancías. Desde Azpeitia hacia el sur la caja de la vía está ocupada por un Bidegorri, es decir, una ruta para senderismo y ciclismo.

En el museo de Azpeitia se pueden ver circulaciones de trenes reales tan atractivas como estas. La primera es muy curiosa porque se trata de un fastuoso automotor Allan que circuló por las vías métricas del norte de Portugal.



La locomotora Creusot volvió a las vías muchos años después de su retirada de la circulación.



La histórica Alsthom 1000 se mueve como nueva por esta línea con la elegancia de sus primeros días.



Y por supuesto también hay circulaciones con vapor como tracción.


El que quiera visitar el museo, aquí tiene los horarios. Recordemos que Azpeitia está en Guipuzcoa.

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