Uno está acostumbrado a las chapucillas de FEVE, tales como que no funcione el aire acondicionado del tren cuando la temperatura supera los 32 grados en la provincia de Palencia a las cinco de la tarde, pero este es otro tema.
Tuve que viajar desde la estación de Llovio hasta Arriondas y me encontré con que no hay ninguna indicación sobre el andén por el cual pasa el tren. La estación se abre en contadas ocasiones y por lo tanto no hay personal al que consultar. Tuve que recurrir a la observación para contemplar que el tren circula por la vía directa y no por las desviadas, que se veían muy poco o nada usadas. Las agujas me indicaron que el tren no pasaría por el andén anejo a la estación sino por el que se halla enfrente, como así ocurrió.
Todo eso te viene a la cabeza cuando eres aficionado al tema pero no es sencillo que se le ocurra lo mismo a cualquiera que deba usar el tren en las estaciones que FEVE tiene cerradas pero que conservan varias vías y andenes; en numerosos casos los viajeros esperan en el primer andén que se encuentran y no se les ocurre cruzar las vías. No pasa nada porque el tren siempre va a esperar que pasemos al lugar correcto, pero lo ideal es que las cosas se hagan bien desde el principio y se informe bien al viajero, pero eso quizás sea demasiado pedir.
Por cierto que la empresa anda escasísima de material puesto que ha vendido trenes al extranjero y las nuevas unidades aún no están operativas, de modo que viajeros que hacen el trayecto entre Bilbao y León hacen la mitad del viaje en un tren con asientos rígidos de cercanías y la otra en butacas blandas, cambiándose el pasaje de una unidad a otra en la estación de Mataporquera, todo un despropósito.
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