¿HORARIOS CADENCIADOS O CONCENTRADOS EN PERIODOS DE ALTA DEMANDA?

Durante las últimas décadas las administraciones ferroviarias han tendido a establecer en sus líneas de cercanías los horarios cadenciados. Antiguamente las cosas no eran precisamente así. La ventaja para los ususarios es que no hay que recordar más que los intervalos, cada media hora, cada hora, cada cuarto de hora, cada veinte minutos, cada dos horas, etc. Cuando hay trenes cada cinco minutos ya se puede considerar un servicio metropolitano.

Lo malo del sistema es que en las horas punta el servicio puede ser claramente insuficiente a no ser que se incremente la frecuencia o la capacidad de los trenes. Por otro lado, en las horas valle la cantidad de viajeros desciende tan notablemente que nos hace preguntarnos si no tendría más sentido concentrar los servicios en las franjas horarias más demandadas. Un tren cada media hora de siete a nueve de la mañana no está mal del todo, pero cada quince minutos sería mejor, sobre todo teniendo en cuenta que esa frecuencia de dos trenes por hora es excesiva entre las nueve y la una .

Un caso interesante para comparar es el de las cercanías Oviedo-Gijón de Renfe, con escasísimos servicios directos entre ambas poblaciones, que totalizan medio millón de habitantes. Curiosamente Feve sí ofrece un tren semidirecto cada hora que tarda ocho minutos menos que los cercanías de Renfe a pesar de recorrer más kilómetros. La comparación la establezco con las cercanías desde Santander a Torrelavega, explotadas por FEVE y donde hay frecuencias mucho más ajustadas a las necesidades del viajero.

Los horarios cadenciados son muy cómodos para programar servicios porque todo encaja muy bien,pero no se adaptan bien a las demandas de movilidad. Probablemente en los próximos años veamos una orientación al ajuste de horarios para periodos llanos y valles, en los que se mueve muy poca gente.

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