VÍAS VERDES. LOS FERROCARRILES QUE YA NO SON.



Hubo un tiempo en que existió una auténtica fiebre de creación de ferrocarriles. Era una época en la que el tren generaba negocio y abundaban las compañías privadas. Algunas subsistieron hasta los años 70 del siglo XX y luego fueron absorbidas por el estado; el caso del ferrocarril de Langreo es curioso porque fue de los primeros en construirse y de los últimos en fenecer para luego cambiar de ancho e integrarse en FEVE para seguir gozando de buena salud.

Muchas líneas permanecen tal y como fueron construidas, sin casi modificaciones de trazado, pero otras han ido cerrando y lo curioso es que las hay que ni siquiera llegaron a ver pasar los trenes por sus cajas, con explanaciones, estaciones e importantes obras de fábrica en pie que ahora son un monumento a la inutilidad, caso del famoso túnel de la Engaña, de 7 km. En más de un caso hubo demasiado politiqueo en esto de cerrar ferrocarriles o jorobar a la competencia con altas influencias.

El caso es que era una pena que unas infraestructuras tan costosas en su momento fueran pasto de la maleza y se perdieran, así que muchas de ellas han ido reconvirtiéndose en las llamadas vías verdes, por las que podemos circular a pie o en bicicleta y se han tornado en recurso turístico o deportivo. Uno de los casos más llamativos es la Senda del Oso en Asturias, que recorre un antiguo ferrocarril minero y nos permite disfrutar de una ruta larga y divertida, con parada obligada en Proaza para visitar a las osas Paca y Tola.

Lo único malo es que no siempre las vías verdes son exclusivamente peatonales o para ciclistas en todo el recorrido y abundan los cruces a nivel con carreteras actuales en los que hay que tener extrema precaución; además hay casos en los residentes de fincas colindantes circulan con vehículos a motor.

Para abundar en lo referente a las vías verdes españolas tenemos su web oficial. Un detalle interesante es que tiene canal propio en Youtube y eso es de agradecer. También he de hacer constar que en la lista de rutas se incluyen muchas que no están nada acondicionadas y lo único que las conserva es el paso de la gente. En demasiados casos faltan informaciones que permitan llegar al punto de origen de la ruta. En total son 1700 km de trazados llenos de historia y encanto.

Me alegro mucho que el destino de algunos ferrocarriles antiguos vuelva a ser ferroviario, tal es el caso del trazado Calatayud-Soria para alta velocidad. Que conste que me opongo radicalmente al desmantelamiento de líneas porque eso impide su reutilización. Lo mejor que le puede pasar a la ruta de la Plata entre Astorga y Plasencia es que los trenes vuelvan a pasar por Salamanca y Zamora en lugar de otros destinos más "ecológicos".

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