LA DÉUDA HISTÓRICA DE FEVE CON LOS VIAJEROS


La compañía ferroviaria estatal FEVE acaba de presentar su plan estratégico para los próximos tres años y promete mejores cifras en todo. Quieren electrificar más kilómetros y mejorar la ocupación de los trenes además de los tiempos de recorrido. Puros números. De lo que no hablan es de mejorar la satisfacción del cliente porque desgraciadamente no parece ser una prioridad esencial. No hay más que ver el espartano diseño de sus trenes de cercanías en los que resulta muy complicado coger postura con unas banquetas durísimas y unos respaldos antiergonómicos, carentes de apoyabrazos y de dimensiones tan escuetas que uno va rozando a los demás viajeros durante todo el recorrido.
Es llamativo que FEVE haya presentado sus planes en una localidad a la que tiene muy abandonada. En 1986 existían trenes rápidos que unían Llanes con Oviedo en dos horas y diez minutos mientras que actualmente no se baja de las dos horas y media largas.

En los trayectos regionales sigue sin haber un compromiso de puntualidad ni nada que se le parezca. Si el tren tiene que recorrer un trayecto en cuatro horas y lo hace en seis te fastidias y te jorobas, llegas tarde a comer o no enlazas con otro tren y es tu problema, no el de FEVE.

Si el viaje dura seis horas y media y cuando subes al tren no hay asientos libres te haces todo el recorrido de pie, con la inseguridad que ello conlleva. Si no hay calefacción o no funciona el aire acondicionado, a aguantarse y siempre así. No hay muchos motivos para elegir FEVE en nuestros desplazamientos de más de cien kilómetros ya que no hay reserva de plazas. Los trenes son sistemáticamente de 60 asientos y si tienen que ir 100 personas hacinadas, a sufir se ha dicho.

En la línea León-Bilbao sólo circula un tren por sentido al día. Entre Ferrol y Oviedo el tren regional se detiene en todas las paradas de las cercanías de Ferrol, convirtiendo el viaje en todo un suplicio. Los regionales Santander-Oviedo no llegan a la hora casi nunca y los de Bilbao a Santander tardan más que en 1982.

FEVE tiene una déuda histórica con cientos de miles de personas a las que ha hecho pasar mucho frío y mucho calor, a quienes que ha hecho perder millones de horas en retrasos. El día en que la empresa reconozca su déuda con los ciudadanos será histórico, pero de momento parece más interesada en pulirse más de un millón de euros en patrocinios a equipos deportivos, lo que no debería hacerse con dinero público.
Para mayor recochineo, se trata de la única compañía ferroviaria española donde los niños de ocho años abonan el billete entero.

SIMPLIFICACIÓN DE PEAJES EN LA AUTOPISTA DEL HUERNA.


La autopista del Huerna, es decir, la AP-66, une Asturias con la meseta a través de la provincia de León por un trazado a veces vertiginoso y lleno de importantes obras de fábrica tales como túneles de cuatro kilómetros o un puente como el de la foto, ideal para filmar anuncios televisivos.

La construcción de esa infraestructura constituyó un paso histórico para Asturias. Fue inaugurada sin estar acabada y en pocos años se terminó el desdoblamiento.

No me gusta nada circular por ella pero ese no es el tema. Lo importante es que se ha eliminado uno de los puntos de peaje para dar mayor fluidez al tráfico y evitar atascos en momentos puntuales. Hasta ahora un vehículo que viajara desde Asturias a León o viceversa tenía que detenerse dos veces para efectuar dos pagos y ahora ha desaparecido la zona de peajes en la parte asturiana para quedar en funcionamiento la de León. Así se gana tiempo, por supuesto.

He de aclarar que en esta autopista hay dos únicas salidas. Por una parte podemos desviarnos hacia Villablino y Babia y por otra hasta La Magdalena y La Robla. Curiosamente tengo conocimiento de una salida completamente pirata y no regulada que utilicé en su día y parece estar disponible actualmente aunque no daré más datos al respecto para no meterme en lios.

Me alegro de esta simplificación y espero que se haga extensiva a otros tramos españoles y europeos. No es normal tener que parar varias veces entre Barcelona y Valencia para abonar varios recorridos de forma separada. Lo más sangrante es el recorrido de 30 km entre Irún y Bayonne, en el que hay que detenerse tres veces, la primera para euro y medio, la segunda para dos euros y pico y la tercera para tres euros y poco. En periodos vacacionales es todo un suplicio. Para rematar la faena, el primer peaje francés tiene una salida en rampa que obliga a los camiones a subir muy lentamente y en sentido inverso la bajada obliga a frenadas de emergencia. Algo parecido sucedía en el peaje asturiano de la autopista del Huerna. Ya es mala leche colocar las casetas en tan mal sitio.

La información sobre las tarifas está en este enlace.

Como obra de ingeniería merece una visita. Lo malo es para los que tienen que pasar por ahí por necesidad y siguen abonando un peaje que en su momento se prometió suprimir y que encarece el viaje. Para viajar entre León o Asturias se ahorra dinero y hasta tiempo por el puerto de Pajares. Hay otra opción consistente en circular desde León a La Robla y desde ahí hasta la Magdalena para pagar menos en el peaje. Lo malo es que la autopista está orientada hacia Benavente y no hacia León capital.

Aprovecho para comentar que las limitaciones de velocidad a 80 y 90 km/h en ciertos puntos tienen sus motivos y hay que adaptarse porque se trata de una autopista de alta montaña y no se ven cosas iguales por Europa.