¿TRANVÍAS SOBRE NEUMÁTICOS O TROLEBUSES GUIADOS?

En casos como estos hay que mirar el video primero y leer después. Así pues, recomiendo ver la película y luego seguimos hablando.



El sistema que vemos es un híbrido al parecer poco exitoso. Inicialmente se intenta conseguir las ventajas de un tranvía con su tracción eléctrica y de un autobús con la buena adherencia de sus neumáticos. Al final lo que se logra es un vehículo unidireccional como un autobús y que abrasa la carretera al mantener la presión siempre sobre el mismo punto de ella. Es más grande que un bus y más corto que la mayor parte de tranvías europeos. Observamos que hay un único carril que sirve para guiar a la unidad, lo cual en curvas no es precisamente la mejor idea. No queda claro si nos hallamos ante un trolebús guiado o una unidad ferroviaria con ruedas de caucho. Estamos hablando de un invento de Bombardier que su usa en las ciudades francesas de Caen y Nancy. Curiosamente en la segunda de ellas el vehículo puede circular libremente en modo bus y solo en ciertos tramos va guiado. En la ciudad de Caen se mueve como un tranvía guiado todo el tiempo.

No se puede decir que el GLT (acrónimo de transporte ligero guiado en inglés) vaya a arrasar precisamente. Los usuarios no lo alaban que digamos. A lo mejor sirve para que en Coimbra arreglen el desaguisado que han armado al levantar una línea ferroviaria y luego no poder modernizarla. Aunque sea con un vehículo "bisexual" de estos igual se resuelve el problema.

GARROTES EN LA VÍA.



Los garrotes son dilataciones que hacen que la vía se deteriore y no se encuentre en condiciones óptimas para la circulación de los trenes. Alguna vez he pasado por varios muy llamativos, pero esto supera todo lo visto hasta ahora en ferrocarriles.

CUANDO NO COMPENSA IR EN COCHE DE NINGUNA MANERA

Hay viajeros que recurren sistemáticamente al coche para sus viajes, pero también existen itinerarios donde probablemente es lo menos adecuado por motivos económicos. Es el caso de algunos tramos donde el automovilista debe pagar un elevado peaje por circular decentemente. Un buen ejemplo es el viaje entre Bilbao y San Sebastián, en el cual la oferta de transporte público es contundente y muy asequible. Por unos 14 euros ida y vuelta aproximadamente se puede viajar entre ambas capitales vascas en el mismo tiempo que en coche, o incluso menos, si tenemos en cuenta que no hay que perder tiempo en aparcar. Si encima añadimos que no pagaremos parking, la combinación se entiende todavía mejor. Si vamos en coche hay que pagar un peaje de 16 euros ida y vuelta, lo que ya cuesta más que el bus, sin contar consumo de combustible, otros 16 euros fácilmente, junto con el desgaste del vehículo y el engorro de tener que conducir. Así pues, incluso para dos personas el viaje en autobús es más competitivo. Recordemos que una hora de parking sale por unos dos euros y el viaje en coche acaba costando una burrada. Las empresas Pesa y Alsa ofrecen servicios cada media hora y van tan rápido como los coches, más que nada porque el trazado de la autopista complica mucho el pasar de 100 km/h en muchos puntos. Por cierto que Pesa no vende billetes online aunque parezca mentira. Las limitaciones del transporte público existen y desgraciadamente los últimos viajes salen sobre las diez de la noche. Se me olvida mencionar que la carretera nacional sin peajes casi triplica el tiempo de viaje y el consumo sube llamativamente. No es una opción más que para viajar sin prisa.

La oferta ferroviaria no es competitiva ni en el caso de los trenes más rápidos, que tardan unas dos horas y poco, más o menos el doble que el autobús, aunque el recorrido es de lo más panorámico de Europa y se pasa por puntos emblemáticos de la costa vasca. El servicio lo presta Euskotren y sirve para hacer turismo con calma.

Otro caso de libro es el viaje entre León y Oviedo. Viajar por autopista (ida y vuelta) entre ambas capitales supone un gasto en peajes de 22 euros. En autobús el viaje de ida y vuelta cuesta 16 euros. Ojo que todavía no hemos sumado el consumo, que se dispara en la subida del Huerna desde Oviedo a León, aunque ahorremos algo en la bajada a la vuelta. Gastar unos 20 euros de combustible en ese viaje es muy normal. Otra vez el viaje para dos personas puede ser conveniente en bus, aunque no haya tantas frecuencias. El servicio ferroviario no es competitivo porque en trenes tipo Alvia las tarifas disuaden y los trenes regionales son escasos y lentos, aunque con buen paisaje en la subida de Pajares.

Si aún así nos empeñamos en usar el coche, la nacional está bastante bien y se tarda casi lo mismo que por autopista, ya que es más directa, pero con el Puerto de Pajares por medio. Hay opciones mixtas combinando autopista y nacional, con enlaces en el peaje de La Madgalena, de donde sale una carretera a León que ahorra tiempo y dinero. También en La Magdalena podemos dirigirnos a La Robla y desde allí a León. El coste del peaje baja a la mitad.

Para los adictos al coche en todas las ocasiones es recomendable una experiencia de estas, en la que uno puede disfrutar del paisaje y olvidarse de riesgos y gastos de aparcamiento. Son viajes cortos y en ellos el bus compite muy bien con el coche, no como un viaje Sevilla-Gijón o un Santander-París.

Todo esto es movilidad de la llamada sostenible y también una experiencia de viaje diferente.

A 90 KM/H EN RECTA Y A 100 KM/H EN CURVA. INCREIBLE PERO CIERTO.

No tengo yo nada claro el tema. A alguien se le ha ocurrido la brillante idea de colocar señales que limitan la velocidad en tramos rectos y con posibilidad de adelantamiento, dentro de ciertos tramos de la nacional 634, la que une Donostia con Santiago de Compostela, concretamente entre Arriondas y Oviedo. Lo fascinante del tema es que una vez llegamos a la curva se vuelve al límite genérico de 100 km/h, incluso en curvas puñeteras como la conocida como "Taragañu". Por lo visto se trata de cazar conductores con prisa. Si el límite de una buena nacional es de 100 km/h y se puede llegar a los 120 km/h en el adelantamiento, de este modo no podemos pasar de 90 km/h de ninguna manera. Insisto en que lo sospechoso es que las señales se hayan colocado en los muy pocos lugares donde hay línea discontínua y generalmente en tramos de muy buena visibilidad. Si se tratara de mejorar la seguridad habría que indicar velocidades recomendadas para algunas curvas que obviamente no permiten ir a 100 km/h nada agusto.

El recorrido entre Arriondas y Oviedo tiene ahora menos carriles para vehículos lentos que nunca, más líneas contínuas que en cualquier otra época y ahora estas absurdas limitaciones, que son aún más chocantes si consideramos que las peores curvas no tienen limitación ni recomendación. Esta carretera requiere mejoras ostensibles porque soporta mucho tráfico y va siendo hora de que se gaste un poco de dinero en mejorar su trazado, con variantes en Sevares y Villamayor, por ejemplo. El desdoblamiento entre Lieres y Nava es necesario. También haría falta algún kilómetro de carril para lentos y alguna corrección de curvas. En algunos tramos se podría construir una nueva vía paralela a la ferroviaria. El recorrido entre Llovio y Lieres es de lo mejorcito que queda de la antigua carretera nacional, ahora sustituida por una autopista que va por la costa, pero no nos podemos conformar con cualquier cosa.

¿LITROS A LOS 100 KM O KM POR LITRO?

Si bien tradicionalmente usamos la medida de litros consumidos a los 100 km al referirnos a lo que gasta un vehículo, en el mundo anglosajón tiene mucho más éxito la cifra de kilómetros que se pueden recorrer con un litro de combustible.

Uno de mis coches tiene la posibilidad de configurar el ordenador de abordo de modo que se puedan ver los datos en otras medidas, además de las del sistema métrico decimal, junto con el análisis de consumo comparativo al que me refiero más arriba. Millas y galones suenan extraños y se supone que el ordenador es el mismo para todos los Avensis comercializados en todo el mundo. Lo que sí me llama la atención es que se puede afinar mucho viendo los rendimientos del coche en kilómetros por litro. Parece que el ordenador en cuestión tiene un límite marcado, ya que no hay manera de pasar de 30 km/l , por muy optimizada que sea la marcha y cuesta abajo. Me congratulo si la media general se queda por encima de los 20 km/l, lo que equivale obviamente a un consumo de 5 litros a los cien kilómetros. Eso sí, en mi antiguo Renault 21 se podía saber exactamente la cantidad de litros que quedaban en el depósito y ahora no tengo ese dato con un coche más moderno.

Según cuentan los entendidos, los coches aparentan menor autonomía de la que realmente disponen, más que nada para que no nos quedemos sin combustible fácilmente; procuran asustarnos para que repostemos y no circulemos en reserva más allá de lo razonable. También es cierto que los velocímetros engañan y casi siempre estamos viajando a menor velocidad de lo que se nos indica, por lo que conviene usar un GPS que nos marque la velocidad real. En un Avensis el desfase es grande y cuando el marcador indica 120 km/ en realidad vamos a 112 km/h, lo que puede hacernos perder bastante tiempo en viajes largos por autopistas alemanas. En un Opel Astra la medición es más fidedigna y en cada modelo hay algún desajuste, pero nunca se circula a más de lo que nos muestran.

Por cierto que tendré que calcular los consumos con detalle porque mi coche últimamente baja de los 4 litros y medio a los 100 km según el ordenador y no me lo acabo de creer, ya que se encuentra incluso por debajo del anunciado por la marca, con una antigüedad de 7 años. Cierto es que hago una conducción supereconómica y relajada, pero aún así me parece una exageración.

Concluyendo, encuentro muy significativo indicar que un coche pueda recorrer 10, 15, 20, 25 o más kilómetros por litro de combustible. No me extraña que no usen ese método en la publicidad...

OTRO HÍBRIDO ENTRE AUTOBÚS Y TREN. ADELAIDA. AUSTRALIA.

Cuando no hay dinero para una infraestructura ferroviaria convencional, tipo tren o tranvía, se recurre a estas cosas. Se trata de un sistema de guiado para autobuses que permite aumentar la velocidad y evitar otros vehículos en el carril, ya que la vía impide que puedan circular automóviles por ella. Por supuesto que el bus puede transitar fuera de su vía e incorporarse a la zona reservada cuando haga falta. Se ha pensado recurrir a un sistema como éste en Coimbra, donde se desmanteló un ferrocarril y ahora la ruina les impide reconstruirlo con los parámetros de modernidad que allí querían. Como curiosidad tiene su gracia, pero poco más. Si fuera la panacea ya lo hubieran aplicado en más sitios y eso no ha ocurrido.

MIS PROBLEMAS CON VREDESTEIN

En enero de 2010 me gasté una pasta en equipar mi Opel Astra con unos buenos neumáticos de invierno, los cuales adquirí a Neumaticosonline.com. Elegí la marca Vredestein y pagué casi 100 euros por cada uno de ellos. En febrero los monté y circulé con ellos tranquilamente no muchos kilómetros hasta que en el mes de junio me llevé una muy desagradable sorpresa. Circulando por autopista a unos 100 km/h y en ligera curva sentí una fuerte explosión en el neumático delantero derecho. Por lo visto había sufrido un reventón y tuve la suerte de que no me costó mucho trabajo estacionarme en el arcén. Digamos que salvé la vida de chiripa, porque el coche se iba a la derecha cosa mala, pero en estos casos hay que tener sangre fría. No había pisado ningún objeto extraño y la presión estaba revisada del día anterior.

Por cierto que pillé una mojadura de cuidado esperando a la grua y en el taller donde me cambiaron la rueda alucinaron bastante viendo cómo había quedado el neumático. Recurrí al vendedor para que reclamara al fabricante por lo que parecía defecto de fabricación. Curiosamente Neumaticosonline.com me devolvió el dinero pagado provisionalmente en espera de una resolución del fabricante. Lamentablemente, ya en 2011 y con un tiempo de espera de muchos meses, la marca no se hace responsable y argumenta una presión inadecuada del neumático. He tenido que devolver el dinero al vendedor y me he tenido que gastar otra pasta en reponer dos neumáticos, ya que cuando te quedas sin una rueda no es plan de rodar con dos diferentes en el mismo eje, o por lo menos con desgaste desigual.

Llevo muchos cientos de miles de kilómetros recorridos y nunca me había pasado nada igual, ni con ruedas baratitas de hipermercado ni con marcas premium. Ha tenido que ser con Vredestein. Menos mal que estoy aquí para contarlo. Los fabricantes son juez y parte, ellos mismos dicen que soy yo quien ha hecho algo mal. Eso sí, me devuelven la rueda. Vredestein se ahorra 90 euros por neumático al no hacerme caso y ahora pierde un cliente para siempre. Ellos sabrán lo que hacen. En mi última compra he confiado en Fulda y Uniroyal.

Al parecer no hay manera humana de que una marca reconozca que puede existir un defecto de fabricación. No obstante, la cosa no quedará así porque recurriré a mi seguro para que reclame y lo haré también a través de una prestigiosa asociación de consumidores de alcance europeo. Por si acaso, Vredestein nunca más.